Al principio, pensé que había entrado a despedirse y que nos despertaría enseguida, para hacerlo, pero rápidamente noté, que después de percatarse de mí desnudes, él había entrado para fisgonear. Se paraba en la puerta, entraba, se acercaba para verme más de cerca, ponía la cara frente a mi coño para poderlo ver bien, me miraba las tetas y acercaba su cara como si quisiera lamerlas, nuevamente me miraba la conchita, y así, mirándome detalladamente estuvo un buen rato.
Relato
Hola
Quiero contarles una historia de algo que nos pasó a mi esposo y a mí hace algunos meses.
Fue una de las primeras veces que experimentamos el exhibicionismo, algo que estoy conociendo por el gusto de mi esposo en mi desnudez, pues la verdad yo todavía siento algo de vergüenza al estar desnuda con algún amigo o amiga, o con algún extraño; auque vale decir, para mi, el cuerpo es algo muy normal, no tengo creencias religiosas sobre el pecado que es la desnudez o algo así.
El relato que les voy a contar, fue una madrugada, luego de una noche de juerga, en la que invitamos a un amigo a quedarse en nuestra casa. Él vivía muy lejos, de manera que cuando mi esposo le ofreció quedarse con nosotros aceptó complacido. Esa noche bebimos como locos y mi esposo tiene la costumbre de que cuando me ve lo suficientemente ebria, me quita la ropa y me deja como dios me trajo al mundo sin importarle quien haya en casa, pues a él le vuele loco la idea de verme desnuda mientras alguien más también puede verme.
Yo ya estaba tan ebria que decidí irme a dormir y mi esposo, se fue detrás para desnudarme enseguida. Él como pudo, me fue quitando la ropa, primero el pantalón y la blusa, lo que fue fácil, pues le ayude, estaba tan ebria que el olor a licor y cigarrillo me era insoportable, y en medio de la borrachera permití que fácilmente él me quitara esas prendas. Después, cuando me iba quedando dormida podía sentir como mi esposo me quitaba primero la tanga y luego mi sostén, así, en pocos minutos ya estaba totalmente desnuda, con unas tetas enormes al aire y con una linda rajita totalmente rasurada, entre sueños vi que él dejo la puerta entre abierta, lo que no me importo, pues suponía que nuestro invitado estaba tan ebrio que sencillamente se levantaría muy tarde al otro día, cuando ya estaría vestida, y además, el calor era tan insoportable, que la brisa que entraba por la puerta entre abierta era deliciosa.
En ese tiempo, aún amamantaba a nuestro hijito, y cómo esa noche mis suegros se lo habían llevado de paseo, tenía las tetas a punto de estallar, por tanta leche acumulada.
A mi esposo le encantaba cuando amamantaba, porque tenía las tetas más ricas y grandes que nunca, con una gran aureola y un pezoncito delicioso, recuerdo que a él se le paraba de solo vérmelas. Le encantaba chupármelas y sentir el sabor de la leche recorrer su lengua y más aún le encantaba pajearse con ellas. Además mi cuerpo quedo mucho mejor después de tener a nuestro hijo, lo primero es que fui de las pocas afortunadas que quedan sin una sola estría, además mi estomago era casi plano, con una cintura pequeña, unas grandes caderas, un culo enorme y bonito, las tetas gigantes y una hermosa rajita totalmente rasurada.
Bueno, volviendo a la historia, el caso es que nos quedamos dormidos un rato, hasta que la presencia de nuestro amigo observando por la puerta entreabierta me despertó (o no se si su presencia, más bien creo que en medio de la borrachera debió haber hecho algún ruido). Ya había amanecido. Yo estaba tendida boca arriba, con una pierna extendida encima del cuerpo de mi esposo y la otra flexionada hacia abajo, lo que quiere decir que tenia mi conchita totalmente expuesta y mis senos al aire, pues por el calor no usábamos ningún tipo de manta, además tenía el brazo en la cara y como la habitación no es tan iluminada, él no notó que yo tenía los ojos un poquitico abiertos, lo suficiente para notar que me miraba detalladamente.
Al principio, pensé que había entrado a despedirse y que nos despertaría enseguida, para hacerlo, pero rápidamente noté, que después de percatarse de mí desnudes, él había entrado para fisgonear. Se paraba en la puerta, entraba, se acercaba para verme más de cerca, ponía la cara frente a mi coño para poderlo ver bien, me miraba las tetas y acercaba su cara como si quisiera lamerlas, nuevamente me miraba la conchita, y así, mirándome detalladamente estuvo un buen rato. Sin embargo, la luz era poca, aunque ya estaba amaneciendo, la habitación estaba algo oscura, de manera que encendió la luz, y avanzó rápidamente a verme el coño. Y se devolvió a apagar la luz antes de que nos “despertáramos”. Al parecer estaba tan ebrio que no sabía lo que hacía.
Me pareció tan extraño, yo no sabía que hacer, de manera que me quedé quietita haciéndome la dormida, pensaba que si evidenciaba que lo había descubierto, él se iba a incomodar, de modo que preferí no hacerlo. En ese momento sentí que mi esposo tenía una gran erección y que él también estaba despierto observando todo lo que pasaba, cuando note cuanto le estaba gustando esta situación a mi esposo, empecé a sentir también cierto gusto y le quisimos mostrar a nuestro amigo algo que él nunca pensaría que podría ver, aunque ya era bastante mi cuerpo totalmente desnudo, yo me hice de medio lado, como cuando uno se voltea dormida y flexione mis piernas de manera que se pudiera ver mi coño y mi ano. Después de cinco minutos en los que mi amigo salio rápidamente del cuarto al ver que yo me movía, él volvió a entrar, y fue directo a verme mi ano y mi conchita, en ese momento yo creo que tanto mí esposo como yo, estábamos apunto de venirnos. Él pasó como quince minutos detallándome mi ano, y cada parte de mi cuerpo.
Después de hacer eso, seguramente por lo ebrio o cansado que estaba, él salió de la habitación y se fue a la habitación de huéspedes a seguir durmiendo, o a pajearse, no se. Cuando ya la casa estuvo completamente en silencio, mi esposo me mira y al verme despierta me dice: “te diste cuenta de lo que pasó”? y yo le dije: “sí”. El corazón me latía a todo dar y tenía el coño tan mojado que había alcanzado a mojar la cama. Mi esposo la tenía dura como una piedra. En ese momento, me sentía algo confundida porque no comprendía lo que había pasado, era muy extraño encontrarme en esa circunstancia, que me hacía sentir cierta extrañeza y al mismo tiempo placer.
Después de esa primera experiencia hemos hecho exhibicionismo en otras ocasiones, pero nunca he vuelto a estar en una circunstancia como esta, pues si mucho me quedo sin bragas y soy descuidada al moverme, como para que algún amigo que este en nuestra casa pueda ver mi rajita, generalmente hago esto por petición de mi esposo, pues a él después de esta primera ves le ha quedado gustando muchísimo, inclusive cada vez que puede me pide que hagamos exhibicionismo, pero yo todavía soy muy tímida y me aterra la idea de que algún hombre pueda pensar que le estoy coqueteado o que mi esposo sienta que esto es alguna clase de infidelidad, aunque se que para mi esposo este juego erótico es muy estimulante.
Espero que les haya gustado mi historia, el trato con ustedes es el siguiente, de ahora en adelante vamos a propiciar mi esposo y yo situaciones en las que pueda exhibirme, y les contare a ustedes a cada detalle como es cada experiencia.
Como mi marido va creando situaciones en las que me convierte en exhibisionista, llegando al grado, no se si planeado o no, llegar a un extremo en que permito que varios de sus amigos me posean, por todas partes de mi cuerpo.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de January de 2014 a las 21:38:59 - Relato porno leído 219764 veces