Cuarta parte de un relato donde el dominador muere de admiración por la dominada.
Irene es una diosa inalcanzable, y, por alguna razón, elige seguir las ordenes de Pablo.
Relato
Durante los siguientes días tuve involuntariamente miles de ideas y fantasías, casi todas en la casa de ellos. Entonces le pedí que me volviera a invitar, pero que esta vez sin el cornudo.
Y así fue, un miércoles me encontraba tocando el timbre de su casa. Ella abrió, entré y nos abrazamos.
Yo: y Carlos?
Irene: En el laburo, recién lo llamé. Luego tiene tenis. No te preocupes, tenemos mucho tiempo.
Y continuó: Que querés?
Yo: Que me cocines, como le cocinas a él
Y sin esperar fue a la cocina, se puso el delantal, y comenzó.
Me senté en el sofá, prendí la tele, y me relajé. Era tan lindo estar ahí usando todo lo que era de Carlos. Y era tan lindo saber que él ni sospechaba eso. -¿Que estará haciendo Carlos en ese momento?- pensé. -En un rato lo voy a averiguar-
Irene: Carne al horno con puré, está bien Pablo?
Yo: Si claro
Irene: Querés una cerveza?
Yo: Dale
Y me la trae ya destapada.
Y supe lo que tenía que hacer. Le pedí que se sentara en el piso, al lado de mis piernas. Lo hizo, entonces le comencé a acariciar el pelo. Que lindo, sentado cómodamente, con una cerveza en la mano derecha, y la cabeza de Irene en la izquierda, a la cual estaba acariciando como si fuera una mascota. Nos quedamos un rato así.
Cuando llegó el momento de comer, me senté a la mesa, y esperé a que ella me sirviera todo. Comí, estuvo muy rico. Charlamos un poco, no mucho. Tomamos vino.
Y ahora comenzaría la acción.
Yo: Te traje el postre
Irene: Mmm, que rico, que será?
Yo: Pija y leche, que te parece?
Irene: Se me hace agua a la boca
Y fuimos al sofá de nuevo. Me senté, ella se arrodilló, y comenzó a acariciarme por encima del pantalón.
Yo: Por el momento te dejo besarla solamente.
Con sus manos sobre mis piernas, fue acercando su cabeza hacia mi pija. Sentí el aroma de su pelo, y el calor de su cuerpo. Y comenzó a besarla.
Volví a relajarme, y prendí la tele. Ella lo hacía muy suavemente.
Le pregunté: Que pensás?
Irene: En lo que estarás pensando vos. Por qué no me lo decís?
Yo: Ok, pero dame tu anillo de casamiento.
Con esfuerzo logró sacárselo, y me lo dio, y continuó besándomela.
Agarré mi celular, y grabé un video. El video más perfecto que vería en mi vida.
Un primer plano de un anillo dorado, con canaletas onduladas. En el interior una fecha. Y de fondo a la filmación del anillo, una cabellera muy desenfocada que se movía.
Terminé de grabarlo y se lo mostré. Y le dije:
Ves, ahí tenes, el anillo que carlos te regaló en conmemoración de algo muy importante, en manos mis manos, y de fondo, su esposa besando mi pija. Mas morboso puede ser? En realidad lo es, ya que estoy en su sofá, y se escucha su televisor. Bueno, eso es lo que estoy pensando.
Irene: Mas puta no puedo ser no?
Yo: Si, podes. Llamalo, que quiero saber que está haciendo en este momento.
Se levantó y trajo el teléfono inalámbrico, marcó y comenzó a hablar con él.
Irene: Hola amor, cómo estás?
Yo le hice señas de que quería escuchar, entonces lo puso en altavoz.
Carlos: …y nada más, eso, ahora en un rato ya vamos a terminar acá y vamos con Roberto y Juan al club.
Irene: Cuando vuelvas podrás comprar carne?
Carlos: ok dale. Por ahí todo bien?
Irene: Si, tengo hambre nomas. Pero no hay nada. Creo que voy a tomar un poco de leche
Yo la miraba decirle eso a su marido mientras ella seguía de rodilla entre mis piernas.
Le saqué el teléfono de las manos con mucho cuidado, y lo apoyé en mi pierna, y empujé su cabeza para que volviera a bajar. Lo hizo mientras seguía hablando.
Irene: Ah, una banana! que bueno!
Carlos: Que?
Irene: Que acabo de encontrar una banana acá en el fondo de la heladera. Me parece que me la como. Está bien no? Jaja
Carlos: Jaja si jaja
Carlos: Bueno, hablamos después. Nos vemos
Irene: Chau chau
Y yo mismo corté.
Entonces le pregunté: Que está haciendo Carlos?
Irene: Trabajando
Yo: Y vos estás a punto de comer, verdad?
Irene: Si
Yo: Y sabes que voy a hacer yo ahora? Mientras Carlos trabaja?
Irene: No
Yo: le voy a dar de comer a su mujer
No contestó, me miró fijamente, y bajó la mirada a mi pija. Realmente tenía hambre esta mujer.
Puse el teléfono a mi lado, bajé el cierre de mi pantalón, y muy suavemente saqué mi pija.
Ella la vió, se relamió, y me dijo: ¿A comer?
Y le dije: A comer…
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88101 veces
Si te ha gustado Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 4 vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 4.
gliere
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:07) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 4.
Vota el relato el relato "Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 4" o agrégalo a tus favoritos