Cuando hace unos pocos meses, nuestra hija y su esposo se fueron a trabajar fuera del pais, y por no poder llevarselo con ellos, nos dejaron a Lobo, su perro, de un año de edad aproximadamente, de raza Pastor Aleman. Ya que mi mujer, y yo vivimos a unas tres horas de la ciudad en una finca. A diferencia de nuestros con suegros, que aparte de que están separados, o divorciados, viven en pequeños apartamentos. Bueno la cosa es que nos dejaron al condenado perro, y como desde que era cachorro se acostumbró a verme, digamos que apenas llegó a la finca, entiendo que se sintió mejor que en casa de mi hija, ya que su esposo, y ella tambien vivian en un pequeño apartamento, junto con Lobo.
Relato
Pero María Teresa mi mujer, desde que llegó el perro a la casa, se comenzó a quejar de que le daba mucho miedo, Por lo que la mayor parte del tiempo quien lo atendía era yo, que la verdad no era mucho, si acaso darle de comer, que él se las apañaba para salir a pasear por toda la finca, y regresar bastante cansado. Pero debido a mi trabajo, en ocasiones me veo en la obligaciónb de salir de viaje, razón por la cual le explique a mi mujer, que a Lobo, nada más tenía que ponerle la comida , una vez al día en su plato, y no preocuparse por más nada. Ya que sus necesidades, seguramente las hacía por el monte, lejos de la casa, y que cuando yo regresara le daría un buen baño, que realmente era lo unico que me preocupaba. Pero con lo que yo no contaba es lo fanatica de la limpieza que es mi mujer. Ya que a los dos días de estar fuera de casa, en Irlanda. Mi mujer que me llama para decirme que el perro apestaba demasiado, y que ella iba a tratar de darle un buen baño. Como yo debía tomar un vuelo a New York, le dije que no se preocupase, que yo lo bañaría apenas regresara en una o dos semanas. Pero, comociendo a María Teresa, lo fanatica que es de la limpieza, algo me decía que seguramente ya estaba por bañar a Lobo.
Pero a la semana siguientwe cuando regresé de mi viaje a New York. Algo que me llamó la atención, fue el mucho tiempo que Lobo, se la pasó en casa, es más parecía más el perrito faldero de mi mujer, que un perro de vigilancia. Bueno la verdad es que no le presté la mucha atención a eso, hasta que que un día que salí a realizar la compra de los alimentos para Lobo, para las cabras, y el resto de los animales, ya iba a medio camino, cuando al llegar a la estación de gasolina, me di cuenta de que había dejado la cartera, y chequera en casa. Por lo que maldiciendo mi suerte me regresé, ya con la idea de dejar la compra para el siguiente día.
Como cosa rara, en lugar de estacionar mi camioneta frente a la casa, me detuve en el granero, para segurarme que no se me hubiera olvidado apuntar algo en la lista. Así que apenas me bajé, comencé a escuchar unos fuertes gemidos, y casi de inmediato reconocí la voz de María Teresa diciendo a toda voz. Dame más duro, papito. Yo me quedé de una sola pieza, sin proponermelo había agarrado a mi mujer teniendo sexo con algún amante, o por lo menos eso fue lo que pensé en ese instante. Como yo no soy un Santo precisamente, y se que María Teresa tampoco es una Santa. Mentalmente digamos que ya estaba preparado para eso, pero me dio curiosidad por saber con quien se estaba revolvando en el granero, ya que al no ver ningún otro auto aparte de el de ella, supuse que quizás sería algún mozo, de alguna de las fincas cercanas. Aunque cuando situaciones como esas se han presentado en otras ocasiones, al poco tiempo mi mujer me cuenta lo sucedido, como yo si llego a acostarme con otra mujer tambien se lo cuento, claro que no con lujo de detalles, como ella acostumbra hacerlo. Pero al observar de manera discreta, por entre las endijas de una de las paredes del granero, me llevé la sorpresa de mi vida. Ya que María Teresa se encontraba completamente desnuda, lo que no es raro en ella cuando tenemos sexo, pero en lugar de estar follando con un tío, quien la tenía montada, y seguramente muy bien calzada, era Lobo. La sujetaba con sus patas delanteras, por las caderas de ella, al tiempo que de manera salvaje el condenado perro no dejaba de penetrar a mi mujer por su coño. Al tiempo que ella movía sus caderas con fuerza, y continuaba gimiendo y diciendo barbaridades, como si realmente fuera toda una verdadera perra. Les seré honesto, al principio la imagen de mi mujer completamente desnuda dejandose penetrar por el perro de la casa, me espantó. Y lo menos malo que pensé de ella en esos instantes, fue que era una loca, que practicaba el bestialismo. Pero como me mantuve en completo silencio observandolos, no les diré que de inmediato cambié de parecer. Pero a medida que seguí observando a María Teresa, siendo montada por Lobo, como ella lo disfrutaba tanto. Decidí seguir en silencio, observando, como mi esposa continuaba moviendo sus caderas, restregandolas contra el perro, y este no dejaba de moverse sobre ella, al tiempo que su larga lengua colgaba a un lado de su boca. Babeando toda la espalda de María Teresa. Yo seguí observandolos detenidamente, y a medida que mi mujer y nuestro perro continuaban follando, yo no perdía ni un segundo de lo que pasaba entre ellos dos. Hasta que de momento María Teresa seguramente disfrutó de un tremendo orgasmo, ya que acostumbra a ponerse a pegar gritos de placer, a medida que disfruta de lo que le esten haciendo. Pero en ese momento, tambien me di cuenta de que ocasionalmente mi esposa empujaba casi toda su mano dentro de su peludo coño. Hasta que de momento Lobo se bajó, pero permaneció pegado a las nalgas de ella, fue cuando recordé haber leido, y visto en las calles, como los perros se pueden quedar pegados, por un largo rato, hasta que finalmente su polla se desinflama. Por lo que pensé que eso también podía pasales, al hacerlo con una mujer. Pero lo que más me sorprendió en cierta forma, fue que a medida que yo los observaba por entre las rendijas del granero, estaba tan y tan excitado viendo como mi mujer era follada por el perro, que ni cuenta me di, de que me puse a masturbarme, Solo en el momento en que seguí viendo como María Teresa continuaba retorciendose de placer, moviendo sus caderas, yo en silencio, pero sin dejar de verlos, comencé a masturbarme, un poco antes de que Lobo se bajase de su espalda, me vine. En silencio, y de manera rapida, me limpié con mi pañuelo, entré a la casa, recogí la cartera y la chequera y sin hacer ruido, me volví a marchar.
Yo ardía de curiosidad, por saber lo que María Teresa pensaba decirme, si es que iba a decirme algo. Así que realicé la compra, incluso la del alimento del condenado perro. Pero al regresar a casa, me encontré a mi mujer de lo más tranquila cocinando, usando una de esas batas caseras, que por lo general cuando las usa, no se pone más nada abajo. Pero nada que mi esposa me decía nada, llegó el momento de irnos a la cama, y no me decía absolutamente nada. Hasta que cansado de esperar que ella tomase la iniciativa, ya estando en la cama le dije. Sabes María, hoy me pasó algo bien raro, a lo que ella sin poner mucho interes de su parte me respondió, con un simple huju. Lo que me molestó bastante, al punto que seguí diciendole. Bueno, cuando llegué a la gasolinera, me di cuenta de que había dejado mi cartera y chequera. Por lo que regresé a casa. Al yo decir eso, de inmediato mi mujer abrió sus ojos, como quien recibe una gran sorpresa, pero se quedó en silencio, mirandome como diciendo no puede ser. Yo haciendome el que no me daba cuenta, seguí diciendole. Y cual no sería mi sorpresaa al encontrate follando con el perro en el granero. María Teresa se quedó boquiabierta, como entre quien va a llorar de verguenza, pero finaliza riendo por los nervios. Seguramente, no le quedó la menor duda que lo que yo le decía era del todo cierto, y entre una rara risa, y un balbuceo que no pude entender al principio, mi mujer finalmente se puso a llorrar, a lagrima viva. Diciendome, no me vas a creer lo que sucedió. Y de inmediato comenzó a decirme. Te acuerdas el día que te llamé y te dije que iba a bañar al perro. Y que tú me dijistes que esperase a que regresaras. Bueno, lo cierto es que como apestaba tanto, me puse a bañarlo. En la parte traserta de la casa, ya había comenzado a oscurecer, y como Lobo se sacudía tanto, comenzó a mojarme la bata que cargaba puesta, al punto que se empapó toda, y por comodidad me la quité, quedando del todo desnuda, para seguir enjabonandolo. Pero a medida que lo fui enjabonandolo, de momento sentí el morro de Lobo entre mis piernas, y cuando lo separé, justo en ese instante sentí su aspera lengua que me la pasó por encima de mi vulva. Al principio, no le di la menor impirtancia, pero cuando traté nuevamente de retirar su morro, que practicamente lo tenía metido dentro de mi coño. Me volvió a lamer, pero de una forma tan y tan rica, que lo sentí hasta mis tuetanos. Yo del asombro perdí el equilibrio, y quedé completamente espatarrada frente a Lobo, quien continuó lamiendo divinamente todo mi coño, y la verdad es que no quise separar su morro de mi coño. Yo me excité de tal manera que me di vuelta, poniendome en cuatro patas como una perra, y Lobo continuó lamiendome el coño, y hasta el culo. Fue cuando se me trepo, y yo lo deje que me penetrase. Pero a medida que me fue penetrando, yo fui moviendo mis caderas, hasta que finalmente yo me sentía como toda una perra en celo. Bueno desde esa noche, lo habíamos estado haciendo practicamente a diario, hasta que tú regresastes. Por lo que cuando salistes a comprar los alimentos, quise aprovechar para tener mi ultima revolcada con Lobo. Que fue seguramente cuando nos vistes. Yo me le quedé viendo a María Teresa, y de inmediato le pregunté, y te has lavado bien ese coño, y el culo. Ella se me quedó viendo, y de inmediato me respondió, claro que si. Fue cuando yo separando mis piernas y sacado mi verga bajo la sabana le dije. Bueno perra, primero ponte a mamar, que luego hasta por el culo te voy a dar. Yo se que mi mujer, no ha dejado de follar con Lobo, eso si seguramente lo hace cuando no me encuentro en casa, pero prefiero eso a que se esté acostando con quien sabe quien....
mi mama salio de la casa temprano y quise entrar al perro para que me acompañara, pero lo que hizo adentro fue mas de lo que imagine, me descuide y me follo.
Relato erótico enviado por judagimazo1 el 05 de February de 2014 a las 15:59:48 - Relato porno leído 511504 veces
Yo inmovilizada mientas el cochino se acercó con su verga erecta y como tenia falda y a pesar calzones rotos no se le dificulto y de inmediato me metió su verga en mi vaginita y como ya se imaginaran el tamaño de su verga, sentí que me partieron mi vagina con todo y mis piernas.
Relato erótico enviado por Anonymous el 15 de June de 2009 a las 01:10:29 - Relato porno leído 194447 veces
hola amigos lectores de este espacio virtual mi historia trata de una vez que tube una aventura casi pecaminosa para mi, con mi perro este espacio me parece un lugar ideal y recomfortante para desaogarme o simplenemte contarlo imvito a que ustedes tambien hagan lo mismo lo comprobaran.
Relato erótico enviado por maryorit el 06 de February de 2006 a las 10:42:04 - Relato porno leído 178832 veces
Si te ha gustado Yo creí que tan solo era un perro, pero resultó ser su amante... ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Yo creí que tan solo era un perro, pero resultó ser su amante... ( CON fotos).
Narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Robertoguzman
(25 de June de 2017 a las 01:32) dice:
haz varios relatos desde el punto de vista de ella , p katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:23) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Yo creí que tan solo era un perro, pero resultó ser su amante... ( CON fotos).
Vota el relato el relato "Yo creí que tan solo era un perro, pero resultó ser su amante... ( CON fotos)" o agrégalo a tus favoritos