Mis secretarias y Ana la mujer del pastor.

Este día le comunico a mis secretarias que no me levantaré por estar de cumpleaños y reposaré en cama todo el día, ambas se miran y dicen te traeremos un regalito entonces saliendo de mis aposentos.

Como a la hora después me dicen ambas que llegó el regalo. Introduciendo a una mujer que desconocía en mi dormitorio, me la presentan como la esposa del pastor de su credo. Esta hembra me dice, Laura está desesperad como estaba yo por problemas conyugales del credo de su marido un fanático de las escrituras religiosas, imagínate me dice, tiene 41 años, casado con un fanático de las escrituras religiosas, imagínate 21 años casados y apenas tienen una hija de seis años, hace aproximadamente tres meses que no la acarician y menos la han manoseado sexualmente, excepto cuando en el autobús un tipo la manoseo en sus piernas hace dos días y desde ese día está trastornada  por una satisfacción erótica sexual. Tú tienes la capacidad de suministrársela y satisfacerla y por supuesto estimularte tú también.

Ella sabe de ti, por que nosotras le hemos contado lo bien que lo pasamos contigo. Penétrala…. Es tu conquista y regalo de hoy.

La mujer sin saber que hacer se sienta en una silla, me levanto la levanto de su asiento y le digo sácate ese abrigo que aquí hace calor, es verdad me dice, permitiendo sacarle su abrigo sigo con su chaquetilla , me mira y nada dice, quiero sacarle la blusa y me dice oye eso sería desnudarme, la miro le beso sus labios que no se abren a mi beso y sigo sacando su blusa sin oposición… aparecen un par de senos queriendo escapar de un diminuto sujetador… los acaricio,  ella suspira entrecortado asustada, pero no me impide hacerlo, saco esa prenda y los senos libres se mueven en su pecho, los beso y succiono  sus pezones, jadea diciéndome soy casada…, y no me impide que la abrace y saque su falda dejándola con una diminuta braga. La tomo en brazos y la acomodo en la cama, trata de escaparse, pero la sostengo abrazada y despojo de sus calzones  al tiempo que me acomodo entre sus piernas, lucha por salirse no la dejo… de repente siente mi deformado glande entrando en su vulva, abre tamaños ojos al sentir el grosor, dureza y deformado cono tratando de enlazarse a ella, baja sus manos y lo coge en ellas, me levanta con sus caderas para observarlo y lo manosea…,  mirándome asustada , me dice… ¿tu crees que va a entrar en mi apretada y chica vagina?..., luego lo guía a su vulva abre sus piernas a lo que mas puede y me solicita despacio que me va a doler…, su vulva se a mojado con las caricias de este glande y permite que suavemente este resbale por sus labios vaginales camino a la profundidad de su vagina, me entierra su dedos en mis carnes gimiéndome… despacio es grande…, piedad es tremendo…, como me abre si nuevamente me estás desflorando…,  ¡ay!...¡ah!..., ¡oh!..., esta entrando…, despacio por favor…, lento…, suave. ¡AAHH!, ¡OOHH! Reniega  cuando con una estocada final ingreso todo mi miembro en su funda vaginal hasta mas allá de su matriz, produciéndole dolor y placer, ese dolor la llevaba a una placentera entrega de sus orgasmos inundándome mi  pene y mojándome hasta mis testículos.

Relajados conversamos entre besos y abrazos, contándome ella que los hombres de esa rama del cristianismo a la antigua tienen prohibidos el placer sexual y ocupan este solo como reproducción de sus familias privándolas del deseo de un unión carnal y nuestros hombres solo ocupan el sexo para procrear, sus creencias dicen que es pecado desear el cuerpo de una mujer para su antojos carnales  lo que lleva a sus mujeres a estar casi privada de la satisfacción y deleite sexual, rara vez logran el orgasmo y rara vez quedan preñadas debido al poco estímulo de esta relación sufriendo nosotras cuatro, tú conoces a dos mas fuera de mí se refería ella a mis secretarias, nos tienen en un padecimiento de anhelos no satisfecho lo que nos lleva a desear a otros machos, pero tememos hacerlo por nuestra religión y por que los hombres son imprudentes y su lengua suelta nos pueden comprometer. Gracias al Señor que nos ha puesto a ti en nuestro camino y así podremos desahogarnos de nuestras satisfacciones y deleite sexual, prométeme que no hablaras y que cuando yo te necesite tú estarás dispuesto a satisfacerme… con una condición digo, si por alguna casualidad quedan embarazadas tendrán ese hijo lo cuidaran y lo pasarán por hijos de sus maridos. No deseo abortos…, aceptado me dice por mi parte y creo que hablo por las cuatro, pronto te presentaremos a Florencia la otra mujer viuda de sexo. Ella solo tiene 26 años lleva dos de casada y aún no es preñada, creo que aún no es dignamente deshojada, en estos dos años creo que ha copulado unas diez veces con su marido y unas pésimas relaciones por lo que me conversa.

Han pasado cuarenta y cinco días y las tres mujeres me buscan a lo menos una vez por semana excepto Laura quien es mas golosa y me busca a lo menos dos veces por semana es una ansiosa por el sexo.

A los cincuenta días aparece Ana la señora del pastor acompañada por una joven mujer, en verdad su figura llamaba la atención y aún más al mirarla uno la deseaba, era de una sonrisa conquistadora de largas piernas apoyadas en unas deliciosas caderas. La mire y la desee. Ana escoltadas por mis secretarias nos presenta esta es Florencia…

(continuara)