A veces, la rutina y la rapidez con la que la vida pasa ante nuestros ojos cuando estamos estresados por el trabajo, nos impide ver cosas maravillosas que tenemos ante nosotros. Eso me ocurrió con una de mis secretarias. Tengo una empresa de importación donde trabajan una docena de mujeres de diferentes edades, aunque mi actividad normal hace que despache diariamente con Susana, una cincuentona como yo, que comenzó en la empresa desde el principio de su andadura comercial. Susi, como yo suelo llamarla, es mi mano derecha y hasta se encarga se seleccionar en todos estos años al personal que hemos ido incorporando según íbamos creciendo. Yo siempre me he fiado de su buen ojo para contratar a las mas apropiadas y, últimamente, ella misma firmaba, con los poderes que yo le otorgué, los contratos de trabajo.
Hace unos meses le pedí que me enviase una secretaria que me pudiese traducir una carta en ruso pues habíamos conseguido una buena oferta de aquel país y, aun sabiendo que allí podían traducir mi carta en castellano, me pareció conveniente para que viesen la categoría de nuestra empresa mandarla en su idioma. Así fue como conocí a Marian. Cuando se presentó ante mi la verdad es que no le presté mucha atención porque era muy normal como mujer, no muy alta, regordeta, pelo moreno largo y……………..unas tetas que estaban descompensadas con el resto del cuerpo. ¡! Valla par de tetas ¡!. Le pedí que se acomodara delante de mi, le entregué una copia de la carta que necesitaba traducción y comencé a explicarle las modificaciones que deseaba realizar. Le insistí en que su traducción fuera impecable ya que nos jugamos mucho en esta operación. No se preocupe, mi madre es rusa y lo hablo y escribo a la perfección porque ella me lo enseñó desde pequeña y estuve viviendo en Moscú durante cinco años con mis abuelos para conocer la cultura y costumbres de aquel país. Quedé satisfecho con su explicación mientras mis ojos no podían apartarse de aquel par de melones que la joven tenía. Le indiqué que ya podía marcharse y que, tan pronto tuviese redactada la carta, me lo comunicase y dar las órdenes oportunas para su envío. Se levantó y salió de mi despacho lo que me permitió comprobar que también disponía de un culo más que considerable. La carta se envió sin más comentarios y el negocio nos deparó una buena operación económica.
Cada vez que yo entraba en mi empresa no podía evitar buscar con la mirada a Marian y admirar sus maravillosas tetas. Siempre que necesitaba los servicios de una secretaria le pedía a Susi que me enviase a Marian y muchas veces me inventaba trabajos con tal de tenerla ante mí. Llegó el verano y con él las chicas aparecían más ligeras de ropa. Un día que requerí lo servicios de Marian apareció ante mi con una camiseta que a duras penas lograba ocultar esos pechos que se habían convertido en una obsesión cada vez que la miraba. Era tarde y Susi me llamó por el teléfono interior para decirme que si no la necesitaba se marchaba y que solo quedábamos Marian y yo en la oficina. Le dije que podía irse que aún nos quedaba un rato de trabajo y le deseé buenas noches. Por mi mente pasaron en diez segundos una cantidad tan grande de fantasías que me costó bastante tranquilizarme y trazar un plan para conseguir mis deseos. Me levante, caminé hasta el mini bar y pregunté a Marian si quería tomar algo. Una cocacola, me contestó. Cariño, le dije, esas bebidas no existen en este bar. ¿Qué me puede ofrecer?, me dijo. Whisky, ron, cerveza y poco más. Pues tomaré una cerveza, lo demás en un poco fuerte para mi ya que no suelo beber alcohol. Un día es un día, te voy a poner uno como el mío y así podemos saborear lo mismo. Serví dos whisky con hielo y me senté en el sillón confidente que estaba vacío a su lado acercándole su vaso y brindando con ella. ¿Seguimos? me dijo ella. Tranquila, mujer, vamos a tomarnos esta copa mientras hablamos un poco para poder conocerte mejor. Dime, ¿tienes novio?. Me miró con cara de sorpresa y me dijo :……solo amigos……. ¿Habrá alguno que te guste mas que otros?, volví a preguntarle. Bueno, siempre hay alguien que te gusta aunque no te haga demasiado caso, eso pasa siempre cuando tus amigas son más guapas y deseables que tú. No puedo creer que no te tiren los tejos con ese cuerpo que tienes, le dije mirando directamente a sus tetas. Ella se ruborizó e instintivamente sus brazos se cruzaron ante sus pechos. ¿Por qué te tapas algo tan precioso?. Siempre he tenido complejo de mis senos porque son muy grandes. Yo los veo maravillosos….., bueno, me los imagino, porque no he tenido la suerte de verlos y no puedo negarte que me encantaría. Yo había apurado de tres tragos mi copa y ella también había bebido un poco. Me levante y me serví otro………¿te pongo un poco mas?, no, jefe, ya me estoy mareando con lo poco que he bebido. Volví a su lado y acerqué mi silla a la suya mientras dejaba mi vaso en la mesa. Marian, puedo pedirte algo. Si lo puedo hacer, me dijo, no lo dude. No lo pensé, lo solté : “ déjame ver tus tetas “. Sus ojos se abrieron hasta lo imposible clavados en mí y su boca no acertaba a contestar. Al verla tan nerviosa intenté tranquilizarla : esto no es laboral, si no quieres no pasa nada y no voy a tomar ninguna represalia contra ti, solo siento un gran deseo de admirar tus tetas porque desde que te vi no he dejado de pensar en ellas. Esto al parecer le halagó y conseguí que se relajara. Dejó su vaso en la mesa y se levantó alzando su camiseta y dejando ante mi vista el sujetador y bajo él unos pechos que difícilmente conseguían estar ocultos. No pude evitar lanzar un silbido de admiración e instintivamente acerqué mis manos hasta esos melones que tenía al alcance. Los acaricié sobre la suave tela y bajé primero un tirante y después el otro hasta que sus pechos cayeron por la ley de la gravedad y, realmente, aquello se estaba poniendo mas que grave………!!gravísimo!!. Lleve mi boca hasta aquellas ubres y chupé los pezones que al instante se pusieron duros. Le desabroché el sujetador y las tomé con mis manos, no sin cierta dificultad porque no conseguía abarcarlas en su totalidad. Son maravillosas, le dije mirándola fijamente a los ojos. A estas alturas mi polla había experimentado una soberbia erección que no pasó desapercibida para ella cuando la abracé. Me desabroché la camisa para sentir su piel contra la mía al tiempo que frotaba mi verga contra ella. ¿Sientes como me has puesto? Tomé su mano y la lleve hasta mi bragueta. Ella la recorrió en toda su extensión y poniendo cara de niña traviesa me preguntó: ¿puedo sacarla para verla?. Lo estoy deseando, le dije. Me solté el cinturón, bajé la cremallera y allí estaba aquel paquete en toda su plenitud bajo mis slips que se veían ligeramente mojados donde la punta de mi polla descansaba, Sácala, le pedí. Ella lo hizo y vi como en su cara aparecía una expresión de asombro. No será la primera que tocas. Tan grande como la suya no. Pues ahora es toda tuya, veamos que haces con ella, pero yo también quiero ver y tocar tu chochito. A estas alturas los dos suponíamos en que iba a terminar esto. Marian me pidió ir a mi baño privado y así lo hizo, cuando volvió estaba totalmente desnuda y su coño aparecía totalmente depilado con sus labios rosados saliendo de su cuerpo como una flor. Me desnudé y la senté en el sofá abriendo sus piernas y comencé a chupar aquel chochito metiendo mi lengua cada vez un poco mas y arrancándole los primeros gemidos. ¿Te gusta?, le pregunté. Me encanta, ¿no nota que estoy cada vez mas mojada? Quiero que te relajes y disfrutes. La tumbé de costado en el sofá colocándome de forma que mi polla quedo a la altura de su boca. Sentí como sus labios besaban mi pene y con su lengua me lamía la punta. Poco a poco se la fue metiendo, eso si, se notaba que no era muy experta en chuparla porque sus dientes me hacían un poco de daño. Me daba igual yo estaba concentrado en comerme aquel maravilloso coño joven que tenía ante mi boca. Lo lamía, lo chupaba y poco a poco metí mi lengua dentro de su vagina haciendo que se arqueara y comenzará emitir unos grititos que me daban a entender que estaba a punto de correrse. De pronto mi boca se vió inundada con la corrida que Marian estaba sintiendo y no paré de chupar. Agarro mi culo y lo apretó metiéndose mi polla hasta la garganta hasta que sentí como comenzaba a descargar mi leche dentro de su boca. Ella se atragantó y comenzó a toser mientras yo la incorporaba. Las gotas de leche le caían por la comisura de los labios. Nunca se habían corrido en mi boca, me dijo. Es una sensación extraña pero me ha gustado.
Se levantó con dirección al baño y yo me quedé mirando ese tremendo culo sintiendo un nuevo cosquilleo en mi polla. No te vistas, le grité, aun tengo una sorpresa para ti. Deseaba ardientemente metérsela por el culo aunque suponía que no sería tarea fácil. Nos volvimos a sentar en el sofá y lleve su mano hasta mi polla que estaba comenzando a volver en si. La tumbé ligeramente hacia atrás y comencé a deslizar mi dedo por su coñito llevandolo cada vez un poco mas atrás hasta alcanzar la entrada de su culo. Mojaba mi dedo en su coño y lo metía suavemente cada vez mas en su culo. ¿Te gusta? Me resulta extraño pero agradable. ¿Nunca te la han metido por ahí detrás?. No, siempre pensé que sería muy doloroso. No te preocupes, vamos a follar tranquilamente y si quieres luego lo intentamos. La di vuelta y sus brazos quedaron apoyados en el respaldo del sofá dejando su culo en pompa. Comencé a rozar con mi polla su coño que estaba muy mojado mientras le seguía metiendo un dedo en el culo. Poco a poco fui metiendo mi polla en su chochito que, aun mojado, era estrecho y calido. Fui metiendo cada vez un poco mas hasta que se la clave entera sintiendo como mis huevos chocaban con sus nalgas. Veía sus inmensas tetas balanceándose y las tomé con mis manos apretándole los pezones con mis dedos. Marian gemía y me pedia que le diera mas fuerte. Me voy a correr otra vez, me gritó. Disfruta, cariño, le dije, mientras no paraba de follarla. Comenzó a chillar ¡!me corro!!, ¡!me corroooooo!!, y por supuesto que se corrió dejándome la polla tiesa y totalmente chorreando. La saqué y coloque la punta en su ano empujando suavemente al tiempo que le separaba con las manos las nalgas. No me haga daño, por favor, gemía Marian. No te preocupes, si te duele mucho dímelo y paro. Poco a poco y con mucho cuidado fui metiendo mi polla en aquel estrecho agujero virgen que me estaba llevando al séptimo cielo mientras que con una mano le sobaba sus grandiosas tetas. Un empujoncito mas y mi rabo estaba completamente clavado en su culo. Marian daba unos grititos que me ponían aun mas cachondo de lo que a esas alturas ya estaba y comencé a follarme con pasion aquel soberbio culo que tenía ante mi. Bajo mi mano hasta su coño que estaba ardiendo y comencé a acariciar su clítoris. Marian se puso como loca apretando su culo contra mi polla mientras me decia : Jefe que bien follas, quiero que me des mas, fóllame que me estás volviendo loca, dame tu leche, me estoy corriendo, fóllame, fóllame………me corro, me corro, me corroooooooo, ahhhhhhh. No pude aguantar mas, en dos vaivenes contra su culo sentí como me descargaba dentro de ella. Cuando sintió mi chorro caliente en su culo apretó su esfínter haciéndome sentir un placer maravilloso. Poco a poco saqué mi polla de aquel lindo túnel , di la vuelta a Marian y la besé en los labios mientras sentía sus tetas abarcar todo mi pecho.
Ha sido maravilloso cariño, le dije. Me ha gustado mucho, nunca me habían hecho nada igual, me he sentido una mujer deseada y feliz, pero ahora ¿qué pasará con mi trabajo?. No pasa nada, todo sigue igual, no nos debemos nada el uno al otro, esto lo hemos hecho porque hemos querido. ¿Es posible que se repita alguna vez? Me pregunto con ojos llorosos. No lo se Marian, es posible que si o que nuca mas volvamos a hacerlo. Debemos quedarnos con este recuerdo y lo que tenga que pasar ya se verá. Volvi a besarla, se vistió y la acompañe hasta su coche.
...“Sin embargo tienes que hacer algo para mantener el puesto”.
Ella se calló y al parecer comenzó a adivinar lo que seguía.
-“Ingeniero, no me pida ser su amante. Yo se que tiene esposa e hija”.
-“No, no, no te iba a pedir eso”.
-“¿Entonces?”.
-“Simplemente quiero que me dejes probar de la leche que tienes ahí”.-Le dije apuntándole a las tetas.
La secretaria puso cara de sorpresa...
Relato erótico enviado por charly_bo el 18 de February de 2013 a las 00:00:01 - Relato porno leído 58845 veces
Yo con voz súper aventada y sexy le dije, ¡Esta va a ser mi respuesta! Inmediatamente me subí lentamente mi falda, note claramente como con forme le iba enseñando mis piernas su verga empezó a crecer dentro su pantalón, ya estaba que reventaba de lujuria, yo me quite mi calzón dejándolo a su vista mi zona vaginal.
Relato erótico enviado por Anonymous el 25 de September de 2009 a las 17:28:08 - Relato porno leído 50740 veces
Relato erótico enviado por manuconta el 31 de January de 2010 a las 00:01:30 - Relato porno leído 50153 veces
Si te ha gustado Las tetas de mi secretaria vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Las tetas de mi secretaria .
manuconta
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:50) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF pelado45
(10 de March de 2013 a las 21:20) dice:
Muy bueno el relato pero bastante pelotudo el Jefe que habiendose cogido una deliciosa hembra como la describe le hizo ademas la cola de una y no sabe lo que quiere para el futuro Insisto es un reverendo pelotudo
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