Follando muy rico en la oficina con mí amante

Hola lectores de esta página, en esta historia quiero compartirles mi experiencia verídica sexual con un licenciado amigo de mi esposo con quien le hice infiel poniéndole los cuernos, pues folle con él en la oficina del trabajo. Por favor dejen sus opiniones.

Mi nombre es Fabiola, soy una mujer muy golosa y aventurera de 35 años de edad, media estatura, cuerpo esbelto, pelo negro, ojos un poco azules y labios sensuales con labial. Trabajo en una oficina de una sociedad de licenciados muy prestigiada, en esta oficina soy la secretaria principal de varios licenciados políticos incluyendo mi esposo, a mi me gustan mucho las aventuras con algunos amantes de vez en cuando, claro sin que mi esposo se entere.

Soy como ya dije una mujer muy caliente desde mi adolescencia pues perdí mi virginidad desde mis 13 años y desde ahí me he convertida una adicta al sexo salvaje con amantes que he venido teniendo a escondidas de mi marido, no digo que mi esposo no me satisfaga pero como toda mujer golosa e infiel siempre busco hombres que me follen más duro. He follado con varios compañeros de trabajo de la oficina e incluso con los propios amigos de mi marido, pero mi aventura más reciente es con Carlos, así se llama el caballero que me cogió, es todo en amante perfecto y trabaja en la oficina de licenciados quien es también amigo de mi esposo. El apenes recién entro a trabajar hace unos dos meses en la oficina y desde que me vio supe que le guste por la forma que me miro, así estuvo por varias semanas sólo coqueteándome con la mirada porque tal vez pensaba que yo era la típica esposa fiel a su marido más no soy de esas mujeres recatadas y fieles, yo como toda una mujer fácil inicie a corresponder a sus miradas y broma de doble sentido, claro sin que mi esposo se diera cuenta de ello, hasta que se dio el primer día que se atrevió a dejarme una rosa con una carta en mi escritorio en la cual me confesaba que estaba loco de pasión y deseo por mí, con esto me propuse a seducirlo tantito.
Al día siguiente llegamos los dos muy temprano pues así me indico en la carta que le diera la respuesta por la mañana antes que comenzaran las labores. Al llegar y vernos fue muy evidente nuestras miradas perdidas de deseo de los dos, yo lo lleve al baño porque en los despachos si llegaba alguien seguro que nos veía, al entrar a los baños el muy excitado e inquieto me pregunto por mi respuesta de tener ambos una aventura sexual, yo con voz súper aventada y sexy le dije, ¡Esta va a ser mi respuesta! Inmediatamente me subí lentamente mi falda, note claramente como con forme le iba enseñando mis piernas su verga empezó a crecer dentro su pantalón, ya estaba que reventaba de lujuria, yo me quite mi calzón dejándolo a su vista mi zona vaginal.

Su calentura al verme mi vagina aumento infinitamente, yo le di inmediatamente mi calzón como respuesta y le dije ¡Conserva mi calzón y acéptala como respuesta!, ¡Si quiero que me folles y con toda tu fuerza papacito! El muy extremadamente excitado me dijo ¿Puedo tocar tu raja vaginal mi amor? Sin palabras me subí de nuevo mi falda sentándome en el lava manos y me abrí mis piernas considerablemente, el no espero más de inmediato me acaricio mi vagina muy lentamente, yo le dije ¡Cómeme el coño mi amor! El muy feliz de prisa comenzó a mamar mi vagina como un loco de placer por mí, yo a los pocos minutos ya me sentía recorriendo el universo entero de tanto placer, me sentía como una golfa con la vagina mojadisima de mis flujos vaginales y la saliva de él, me realizo cosas increíbles con migo.
Hasta que ni me di cuenta como se libero su pene pero de un golpe me la metió toda hasta el fondo haciéndome gozar como toda una puta, no paraba de gritar y gritar que por ello temí que alguien nos pudiera escuchar pero por suerte nadie fue testigo de nuestra cogida. Me sentía en la gloria siendo penetrada por esa verga tan grande que entraba y salía a toda velocidad de mi rajita vaginal, sin duda tenía mucha más potencia que mi marido, era un experto en el sexo, de pronto sentí como me lleno a vagina de leche caliente que me hizo gemir a toda fuerza de placer. Fue un momento inolvidable de lujuria pero porque escuchamos que habían llegado personas rápidamente tuvimos que terminar dejándole mi calzón como recuerdo de ello, más tarde llego mi marido más tuve que evadirlo pues no me atrevía a darle la cara sabiendo que había follado con otro poniéndole el cuerno, además si me tocaba descubriría que no tenia bragas y que todavía estaba muy mojada mi zona vaginal.