Claudia tiene su primer trabajo y debe atender las peticiones de un hombre mucho mayor.
Relato
Eran las 8:55 y Claudia estaba sentada en escritorio, maldiciendo su suerte, había sido asignada a un asesor externo por tres semanas y por esto no podía retirarse los viernes a las 14:00 como todo el resto del personal, la semana anterior Don Alfredo la dejo irse a las 17:30 solo 30 minutos antes de la hora de salida normal, pero el se había quedado trabajando.
Hola Claudia, dijo don Alfredo al entrar a la oficina, necesito hablar contigo por favor ven a mi despacho.
Cuando claudia entro se quedo mirando a aquel hombre mayor de unos 55 años, algo obeso y medio calvo, era agradable trabajar con el, siempre sonreía y pedía las cosas por favor y daba las gracias, algo raro para su rango.
Claudia, yo se que hoy sales a las 14:00 hrs., pero debo pedirte que te quedes nuevamente, te necesito acá, tengo mucho que entregar
No hay problema Don Alfredo
Me gustaría compensarte, ¿me permites invitarte a almorzar?
No es necesario
Lo se, pero me siento algo culpable de que te quedes
Esta bien muchas gracias.
A las 14:00 Don Alfredo, paso por Claudia para ir a almorzar, ella vestía un vestido de lino color curdos y una polera de microfobra ajustada, todo realzaba su figura, a sus 18 años Claudia había salido de un colegio técnico como secretaria y había conseguido aquel trabajo, ella mide 1:60, tiene cabello negro largo casi a la cintura, ojos negros y piel clara, siempre cuidaba mucho de su aspecto, especialmente de su figura.
Don Alfredo la llevo al mejor restaurante del sector, empezaron con pisco sauer y una entrada de camarones, luego un filete, guarnición de verduras y una botella de vino tinto que tomaron entre ambos en partes iguales, después un postre con una botella de late haves muy helada, finalmente un Whisky para cada uno, Alfredo volvió conduciendo con claudia a su lado quien venia a su lado se sentía muy mareada por la gran cantidad de alcohol consumida.
Al llegar a la oficina eran las 15:30, ya no quedaba nadie mas y Claudia estaba muy mareada, nunca había bebido, menos de esa forma, pero la conversación amistosa, la comida y Don Alfredo no le habían permitido negarse a seguir bebiendo, se sentó en su escritorio mientras Don Alfredo entro a su despacho.
A las 16:00 sonó el citófono, Don Alfredo le pidió a Claudia que fuera por favor, Claudia mas borracha que sobria entre a la oficina, y se sentó frente a él.
Claudia la llamaba para agradecerle su compañía, y pedirle que realice algunas tareas.
Don Alfredo se paro y comenzó a caminar por la oficina, mientras ella trataba de seguir sus indicaciones, así fue que el se paro atrás de Claudia y apoyo sus manos en los hombros.
Claudia quiero que comprenda que su tarea acá es muy importante, mis horas acá le cuestan mucho dinero a su compañía y usted es la conexión en nuestra relación laboral, decía Don Alfredo mientras masajeaba los hombros.
Claudia se sentía mas embobada por la monótona y suave voz de aquel hombre, sumado al efecto del alcohol, no se había dado cuenta como, pero él ya había bajado de sus hombros y masajeaba suavemente sus pechos con ambas manos, cubriéndolos por competo cada ves, rozando sus pezones, por encima de la ropa, ella se sentía muy excitada, quiso parar pero él seguía hablando en su oído, diciéndole cuan importante es la experiencia que va tomar trabajando con él, mientras besaba su cuello y mordisqueaba suavemente su oreja, Claudia giro su cabeza para hablar, pero solo encontró la boca de aquel hombre, que la beso profundamente, ella correspondió el beso.
Alfredo tomo a aquella muchacha turbada por el alcohol y la sentó sobre el escritorio, se besaban apasionadamente, Alfredo rápidamente la despojo de la polera dejando al descubierto un hermoso sostén blanco, liso, sin encajes que envolvían sus hermosos pechos, él comenzó a besando su cuello pero poco a poco fue bajando, al llegar a sus pechos prime los beso sobre el sostén, después los subió lo suficiente para que sus pequeños, juveniles y bien formados pechos afloraran, eran hermosos, firmes, coronados por rozados pezones que orgullosos apuntaban a lo alto, la vista de aquella presa enloqueció al hombre, y comenzó a besarlos y succionarlos, mientras trataba de introducir todo el pecho en la boca, si lengua jugueteaba con los pezones erguidos de la muchacha.
Claudia, estaba muy excitada por la boca de aquel hombre y mientras el descubría la magia de sus pechos ella logro sacarle la corbata y la camisa dejando al descubierto el voluptuoso abdomen de hombre.
El siguió buscando descubrir el cuerpo de la chica, beso su ombligo y su vientre, desabrocho la falda y la dejo caer, llevaba un pequeño bikini blanco de algodón con una flor bordada, el comenzó a besar pasando su lengua por aquel calzón humedecido por la excitación de Claudia
Tomo un cartonero que estaba sobre el escritorio o corto el calzón por ambos lados, dejando el descubierto aquellos carnosos labios de la vulva de claudia cubiertos de suaves bellos que el ya había disfrutado a través de la tela, ante aquella maravilla el hombre la agarro por los glúteos e introdujo se lengua en la muchacha, trataba de entras lo mas posible en ella, siguió jugando en su interior mientras acariciaba su clítoris, claudia estaba envuelta en un éxtasis total.
Don Ambrosio, por favor, no, no, por favor, Don Alfredo, que me hace mmmmm que rico, mmmmmmmmmm, jadeaba mientras aquel hombre seguía saboreando su cuerpo.
El siguió en su labor asta que un grito de placer le indico que la muchacha había alcanzado el clímax, el cuerpo de claudia se estremecía mientras sus deliciosos jugos eran entregados como ofrendas de placer a aquel hombre que los tomaba gustoso y succionaba su clítoris en búsqueda de mas.
Alfredo recostó a la muchacha sobre su vientre en el escritorio, dejando expuesta su vulva y su glúteos el se quito el pantalón dejando al descubierto una gruesa verga de al menos 22 centímetros de largo y al rededor de 4 o 5 de ancho, se acerco a ella coloco la cabeza púrpura y humeante en la entrada de aquella niña, a penas entro un poco, para asegurar el objetivo y dando un solo empujo se introdujo en Claudia hasta que sus bolas tocaron los labios de la chica, ella dio un grito de dolor, la penetración había sido despiadada y a pesar de la lubricación de su túnel del frágil cuerpo de Claudia no estaba preparado para recibir de golpe ese gran instrumento.
El grito de claudia enloqueció a aquel hombre quien comenzó a dar fuertes envestidas a un ritmo monótono, lo sacaba casi hasta el final y luego envestía a su victima hasta que quedara totalmente empalada, una y otra vez, los gritos de dolor de claudia se fueron transformando en placer a la ves que sus labios se acostumbraban a acariciar aquel espolón de carne, las envestidas se hicieron mas rápidas y producto del roce claudia estallo en un segundo orgasmo, que bañaron la verga de Alfredo en sus cálidos jugos, produciendo que de una profunda estocada el derramara su semen en el interior de la matriz de la chica, uno, dos, cuatro abundantes chorros de semen hicieron que él cayera rendido sobre ella.
Claudia esta extenuada, pero el solo descanso unos segundos y comenzó a besar la espalda de la chica, mientas sacaba su herramienta ahora lacea del cuerpo de ella, poco a poco fue pasando la lengua por cada rincón de ella, quien se estremecía ante lo terriblemente sensible que estaba por aquellos dos deliciosos orgasmos, el guió recorriendo su cuerpo, hasta llegar a los glúteos, con la mano tomo de la vulva de la chica parte de los jugos que no era capas de retener, le llevo la mano a la boca de claudia, quien saboreo la mezcla de sus jugos y el semen de el, luego se besaron compartiendo la mezcla con sus lenguas.
El volvió a las nalgas de ella, suavemente tomo sus glúteos para abrirle camino a su boca, cuando al fin estuvo a la distancia precisa, comenzó a pasar la lengua por el orificio anal de ella el se saboreaba de aquel exquisito tesoro que había descubierto, mientras con un brazo afirmaba a la chica para poder seguir saboreando su ano, con otra acariciaba su clítoris, ella a cada contacto de la lengua del hombre y cada caricia se estremecía con espasmos de placer, el siguió en esa posición , para después introducir su dedo gordo en el ensalivado ano, mientras el resto de su mano daba cuenta de los labios de la chica, una y otra vez hasta que alcanzo su tercer orgasmo, sus jugos corrían por sus piernas, el se sentía muy complacido.
Alfredo ya tenia la verga nuevamente en condiciones de acción, no espero, deseaba aquel ano, que había estado preparando, nuevamente aseguro el objetivo apoyando la cabeza de su verga en el ano, pero esta ven entraba lentamente, Claudia sentía un gran dolor.
Con cuidado, que es mi primera vez por ahí.
Aquellas palabras fueron un error, él se enloqueció de lujuria al saber que era el primero en entrar entre aquellos firmes glúteos, a paso firme y continuo se abrió paso hasta que su verga estaba completamente en los intestinos hasta ese momento vírgenes, ella gritaba de dolor, esto lo excitaba aun mas comenzó a bombera una y otra vez cada vez con mas rapidez, el dolor de claudia se fue convirtiendo en éxtasis que no podía controlar, dando fuertes gritos de placer a cada envestida, el tomo los brazos de la muchacha y la levanto de la mesa mientras aun estaba empalada, cada vez que empujaba la jalaba hacia el haciendo mas profunda la penetración, comenzó a sentir como su verga se hinchaba mas y mas buscando su desahogo, de un fuerte jalón se introdujo sin dejar nada de el fuera del cuerpo de la chicha, y descargo su espeso semen en su interior, con fuertes espasmos de placer.
El salió del cuerpo de ella, pero solo el, todo su semen fue absorbido por el frágil cuerpo de Claudia quien ya no podía mas después de mas de dos horas y media de placer continuo, ambos se tiraron sobre el piso alfombrado del despacho, se abrasaron y besaron.
Déjame limpiarte, dijo claudia
Antes de que el reaccionara ella había bajado hasta el vientre de Alfredo, tomo entre sus manos la ahora lacea verga la envolvió con su lengua, limpiando cada rincón de ella, él sentía un gran placer a cada contacto con la lengua de la chica, ella seguía jugando con su lengua, acariciaba una y otra vez la púrpura cabeza del hombres mientras su mano jalaban arriba y abajo, produciendo que esta nuevamente tomara posición de combate.
Ahora era Claudia quien tenia la iniciativa, mientras pajeaba al hombre metía la verga en su boca una y otra vez, cada vez mas adentro, siempre buscando la forma de darle mas placer, el se contorsionaba, eran demasiadas cosas que sentía con el roce se sus tersos labios, su suave lengua y su tibia saliva, mucho mas rápido su cabeza se hincho dispuesta ha hacer una entrega mas y claudia se trago aquella verga hasta la garganta, él exploto en chorros de semen que ahogaban a claudia mientras trataba de traga, al dejar de expulsar el su semen ella limpio la verga con la lengua, lo abrazo una vez mas y se besaron.
Descansaron unos 50 minutos abrazados, ambos se lavaron y vistieron, él la fue a dejar a su casa eran mas de las 8 cuando llego a su casa, Alfredo se fue a la oficina debía trabajar, ella esperaba que pronto fuera viernes.
...“Sin embargo tienes que hacer algo para mantener el puesto”.
Ella se calló y al parecer comenzó a adivinar lo que seguía.
-“Ingeniero, no me pida ser su amante. Yo se que tiene esposa e hija”.
-“No, no, no te iba a pedir eso”.
-“¿Entonces?”.
-“Simplemente quiero que me dejes probar de la leche que tienes ahí”.-Le dije apuntándole a las tetas.
La secretaria puso cara de sorpresa...
Relato erótico enviado por charly_bo el 18 de February de 2013 a las 00:00:01 - Relato porno leído 58846 veces
Yo con voz súper aventada y sexy le dije, ¡Esta va a ser mi respuesta! Inmediatamente me subí lentamente mi falda, note claramente como con forme le iba enseñando mis piernas su verga empezó a crecer dentro su pantalón, ya estaba que reventaba de lujuria, yo me quite mi calzón dejándolo a su vista mi zona vaginal.
Relato erótico enviado por Anonymous el 25 de September de 2009 a las 17:28:08 - Relato porno leído 50741 veces